M E C A N I S M O S
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En la capucha del mirar
Thomaz Albornoz Neves |
La poesía de Thomaz Albornoz es, a lo largo de los años, interiorista y exteriorista. El poeta combina con maestría el uso de la función connotativa del lenguaje y logra dar cuenta de una profunda percepción de la naturaleza íntima de los objetos, de las acciones humanas y de sí mismo, de ese yo lírico intransferible y reconocible. Por otro lado, el mundo poético de Albornoz está notoriamente vinculado a la realidad que todos vemos y palpamos, emplea la función denotativa del lenguaje para que el referente siempre se perciba concreto y claro, reconocible pero transformado por el acto de creación.
Su obra poética de más de tres décadas de constante trabajo muestra a Thomaz Albornoz Neves como uno de los autores más importantes del Brasil contemporáneo. La suya es una propuesta sólida y comunicativa, es un poeta pleno que explora e interroga el misterio en una ceremonia pletórica de luz y palabra.
Rafael Courtoisie
Publicamos a continuación una selección de poemas del libro –inédito en español– No Capuz do Olhar (2018) de Thomaz Albornoz Neves, en versión del propio autor en colaboración con Misael Ruiz; salvo el poema 4, traducido por Rafael Courtoisie. Los poemas originales en portugués aparecen al final de la entrada.
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28
Los Moros, 1998
I
La mañana va ligera
El mate a la luz de las brasas en la cocina
el viento entre las hojas de los eucaliptos
y las ramas secas que caen sobre el tejado de hojalata
De tanto en tanto, en la chapa ardiendo de la estufa de leña
se evapora la gota que cae del morro de la tetera
Desde la veranda, el peón dice algo
sobre encalar los árboles del parque y luchar contra las hormigas
Pedro Leoncio entra corriendo y pregunta por el veterinario
porque la potra de Raúl está atascada donde los Pinos
Cuatro llamadas de teléfono y todas devuelven el mismo diagnóstico
No se hacen cesáreas al aire libre
Mueren de peritonitis
En los prismáticos, Raúl trae la yegua por el ronzal
Dos patas del potrillo muerto cuelgan por fuera
«Mala suerte»
Tenemos que intentar darle la vuelta al cuello y liberar los hombros
enderezar la cabeza estrangulada por las contracciones
O empujar las patas de nuevo hacia dentro
girar el potrillo hasta alcanzar el hocico
y tirar de las fosas nasales
En el corral, Raúl Falcao manea la potra
Le dobla la rodilla con delicadeza y la acuesta de lado
Después forcejea, con el brazo entero dentro, en vano
Sujeta una de las patas del potrillo con un lazo
y pide a Secundino Cardozo que tire de él con el caballo
Cardoso ata el lazo a la anilla del basto
Monta y espolea. Tirón seco. Nada.
Se apea y con un cuchillo de campo amputa la articulación
Intenta girar el tocón del hueso unos centímetros
La potra gateada se entrega a los brazos del hombre
Raúl consigue agarrar el mentón del potrillo
en el instante en el que una contracción expulsa primero medio metro
luego un metro, del intestino hacia fuera
«Se fue a la mierda», dice Raúl
con un pedazo de lengua entre los dedos
«A la mierda se fue», responde Secundino Cardozo
Raúl Falcao suelta el botón de la manea
y lleva su potra al paso, al potrero de la tropilla
las tripas golpean los jarretes
y un pequeño casco apunta hacia arriba
Me oigo preguntar si va a enviarla al campo así
para que muera de septicemia de aquí a tres días
«Y yo no me animo a matarla, don Tomás»
II
El primer disparo del 38 fue junto a la oreja izquierda
una pulgada hacia abajo
Ella sacude la cabeza como para ahuyentar un moscardón
y sangra por la nariz
No se cae. Es mediodía
El cobertizo parece en ruinas bajo el sol a plomo
Solo las dos viejas yeguas moras, compañeras de potrero
con las que Raúl trajo al paso la potra desde los Pinos
una a cada lado, huelen el feto y la placenta,
parecen vivas en este momento
La segunda bala dio en el cuello
y la tercera, por rabia de dios y del reino de dios, en medio de la frente
Los tres animales se alejan caminando
¿Balas viejas? ¿Es inmortal la gateada?
Me recuerda esa pelea en el recreo
en la que el niño sonreía sin sentir nada por mucho que le pegara
Una culebra verde sale de los bambúes y se aleja
«Yo alma de indio, yo sin miedo a serpiente
porque yo corazón puro»
El campo quieto, como si alguien hubiera pecado
Caminamos detrás de las yeguas por el parque
la procesión silenciosa desde el bosque de bambúes hasta los eucaliptos
el rastro de sangre hasta la valla de la huerta
Zumbido de disparo en el oído
El viento que sacude el follaje de los eucaliptos
trae terreros de candomblé y hechizos
Tres disparos más. Por fin cae, respira
Barril vacío, aire de pólvora en el porche
La piel del brazo se estira reseca
de la placenta y la piel de potro podrido
Nadie se arrepiente del sacrificio
de las ovejas semanales que alimentan el rancho
Cordero de Dios y los pecados del mundo
Pero el caballo es sagrado para el hombre de campo
más incluso, quizás, que otro hombre de campo
Quien viene de Río de Janeiro a Río Negro
de aquella vida a esta, conmovido en ambas
pasa fácilmente por alto una realidad por otra
El que puso el brazo
en un vientre preñado sabe la urgencia de la vida que allí palpita
Todo es sagrado
Está acostada, mueve los oídos al sonido de los pasos
Se levanta. Ya no huye
La séptima bala
Se empina con el impacto. Cae y patalea
Tan pequeño es el cerebro del caballo
El ojo parpadea y llora
Es real, no es esto en absoluto: un poema
En su ojo la lágrima
por tener algo que hacer, avanza y cuenta
uno por uno, siete agujeros
y un asco sin resignación por toda la naturaleza
Y por el hombre, pastor de la vida y de la muerte
III
De vuelta de Paso de los Toros trae cal para los árboles
balas del 38, vino, cerveza, pan negro
una pala de pozo, un lazo y veneno para hormigas
Dos yeguas moras custodian el cadáver ya desollado
Las ensillaba el abuelo, que murió hace más de quince años
pero presente en todo lo que aquí se hace
Falcão no mira a nadie a la cara
Nadie mira a Raul Falcão a la cara
A caballo, en el campo, más tarde
Pedro dice que no se mata por piedad
Que matar por piedad es como sangrar a una oveja y preocuparse
Ella se desangra y sigue viva, mirándote
dice sin apartar la vista del horizonte
Así que esto es todo, resignación e indiferencia
Nunca pude con la indiferencia
«Le gardien du troupeau chante tout doucement
tandis que lentes et meuglant les vaches abandonnent
Pour toujours ce grand pré mal fleuri par l’automne»
Para siempre, cuando van a los mataderos, van para siempre
como nosotros iremos a su debido tiempo
Y ese, el de Pedro Leoncio
fue el único y último comentario de lo sucedido
4
Río de Janeiro, 1982
Es un peculiar lector de poesía
Solo se interesa por algunos poemas de unos pocos poetas
Y es raro que el poema elegido permanezca entero en él
apagado por el relámpago de aquel verso único que lo captura
Habiendo conocido la fuerza de esa experiencia leyendo
está decidido a repetirla también escribiendo
Persigue la centella, el rapto repentino
de la vida por el lenguaje
No le interesan los poetas
Leer lo que se escribe sobre ellos y sus obras
es para él cometer una especie de sacrilegio
¿Para qué disecar la estructura de un poema
contextualizarlo en la vida del autor y en la galería del idioma
ponerle un ismo, si lo que vale está allí, en sí mismo?
Sí, se sabe
Hay una industria alrededor del verso
guiando la voz después de ser oída
que también es conocimiento
Pero para él hay más en lo que desconoce de Safo de lo que sabe sobre Rimbaud
O Vinícius
La Literatura, es decir, la suma de sus lecturas esenciales
resiste a ser un todo definido y definitivo
Pensar en un contexto poético brasileño
restringir el poema a su lengua
le parece lo mismo que reducir un hombre a su especie
Si termina aprendiendo idiomas
no lo hace a través de estudios sistemáticos
(como la lógica, la gramática lo tortura)
sino a través de la poesía y con un diccionario
En otras palabras
si aprende una lengua es para leer poemas
Traduce para tomar posesión
Es un proceso de revelaciones
A menudo, en el primer entendimiento
turbio y dudoso
la impresión es de acercarse tanto
al origen del verso en la mente del autor
cuanto del silencio donde las palabras surgen
Aprender un idioma a través del poema
remite al silencio donde nacen las palabras
que es el mismo de la poesía
[trad. Rafael Courtoisie]
10
Escribe incluso cuando nada tiene sentido
Y busca lo que, en principio, ignora si puede ser dicho
Mucho más allá de su falta de dominio del lenguaje
Ensaya sin estilo alguno o tono de voz adecuado
La fuente del pensamiento la ha secado un silencio
que se reaviva en cuanto no encuentra las palabras
Extraño que irradie algo, es una esencia y no dura
11
Vive sin dinero para comprar los libros que le gustaría
Así que, cuando puede darse el lujo de uno
espera el momento en que está vacío, en blanco
y más abierto al mundo
Todo un ritual interior
Llega al final de la tarde y en ayunas
Es importante que la poesía lo alcance con el nuevo poeta
desaguándo
Que haga crecer versos repentinos o diseñar esbozos
en un sólo gesto de trazo continuo sobre la página en blanco del libro recién
abierto
Un solo gesto suavemente exhalado
12
San Giorgio, 1988
Recuerdo que el olor de albahaca
repelía el olor marino y planeaba sobre un mar plano
de plata
Vino negro en garrafas de tres litros
y aceitunas verdes con hueso
Los guijarros lisos y redondos en la playa sin arena
La falta que hacía de un embarcadero en la ensenada
Se sumergía para enganchar el ancla
de cada velero que venía de Stromboli
en argollas fijadas a las rocas del fondo del mar
Le llamaban Marocchino, por el moreno del sol
y, dicho por Don Turi, el día en que nos conocimos,
istu caruso ave a etati du tempu vecchiu
Sicilia de mujeres inquietas, aterciopeladas y maduras
que guía el zodíaco y el sudor amargo
Un zodíaco que gira más cerca de la montaña que del cielo
Sicilia
por nosotros enternecía su mirada sobre cada cosa
34
Desde el primer poema
trata de captar el gesto con el lenguaje
Aunque la palabra en el papel
sea por naturaleza una herramienta estática
hacer del verso una fuerza vital ante la mirada
es el desafío al que aquí se enfrenta
De ahí que muchas piezas resistan el acabado
y transmitan una coreografía tan incompleta
como en continua transformación
En cuanto al contenido
la vida solo resiste en el papel si lleva en sí el misterio
Conocimiento que lleva a lo desconocido
como componente interno y externo
al mismo tiempo
Visto así, lo real en esta poesía
tal vez sea sólo una astilla, una grieta a lo inaccesible
35
Al final, si no es capaz de penetrar en lo no dicho
ni crear una poética de lo innominado
como pretende en tantas épocas
en que el silencio lo confronta con los límites de su voz
al autor de estos poemas al menos le queda haberlo intentado
En cuanto a mí, que con él fui otros, siendo siempre nadie
no saber lo que se ha logrado hace que todo sea vago
Hay un caos turbio
que sólo a veces, de paso, parece cristalino
36
La poesía no tiene nada que ver con las palabras
Estoy seguro de ello
Las palabras son un medio rudimentario de transmisión
de algo que está más allá del alcance del pensamiento
El poema hace gravitar esta distancia
La atrae, pero no la incorpora.
Se ha dicho que escuchar por primera vez
el nombre de lo que será el pájaro
hace que el pájaro
no vuelva a ser ya nunca el mismo
Por aproximación
la poesía sería lo que se pierde para el nombre
Hay un significado allí, pero no sabes cuál
Excepto que la pérdida nutre
* Al final de la entrada aparece la versión original en portugués
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THOMAZ ALBORNOZ NEVES (Sant’Ana do Livramento, Brasil, 1963). Años antes de ser publicado ya viajaba por el interior de Brasil, Sudamérica y Portugal leyendo sus poemas. Estudia Derecho e Historiografía Literaria. Participa activamente en la revista Poesia Sempre. Ha publicado los libros de poesía, Renée (1985), O sono (1989), Sol sem imagem (1996), Exílio (2008), Versos para poemas não escritos (2015) y No capuz do olhar (2018). Su obra ha sido traducida al español por Blanca Varela, Rafael Courtoisie y Rodolfo Alonso. Actualmente, vive del campo en la frontera entre Brasil y Uruguay.
RAFAEL COURTOISIE (Montevideo, Uruguay, 1958) es un poeta, narrador y ensayista miembro de la Academia Nacional de Letras de Uruguay. Ha recibido numerosos premios y ha publicado, entre muchos otros, Antología inventada (2020, Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma).